Pereyra García: Sinónimo de crecimiento en Nueva Zelanda


Martín Pereyra García lleva más de diez años trabajando en suelo neozelandés, en sus inicios como jugador y ahora como entrenador de Primera División y coordinador de Formativas. "Los ayudamos a ser buenas personas, de tener una idea clara de lo que es el bien y el mal y a partir de eso, usar el fútbol como medio para transmitir un mensaje", contó el santiagueño en una destacada entrevista.

Actualmente, "Gatillo" como así se lo conoce por estas tierras, se encuentra bajo la dirección técnica del Wellington Olympic disputando la temporada 2020 de la Central League, certamen regional organizado por la Capital Football.

En medio del campeonato, atendió a un cronista de Grito de Gol y relató su presente en suelo neozelandés:

"Hace doce años que vivo aquí, pero como todo argentino me gusta el fútbol. Me vine en el año 2008, jugué un par de años pero luego me ligué al entrenamiento de los chicos que me gustó mucho y eso me dio pie a realizar un curso, del cual me recibí de entrenador en la universidad. De a poco gané experiencia, trabajando con divisiones infantiles y ya voy por mi décimo año trabajando en lo que más gusta. Por suerte, aquí todo se está normalizando en cuanto al desarrollo de la pandemia ya que volvió el fútbol gracias a Dios".

Sobre su salto de Santiago a Oceanía, agregó: "A fines del año 2007 estaba con ganas de viajar y la idea en su momento era España, por su idioma y sus costumbres parecidas a nuestro país. Entonces un amigo me recomendó Nueva Zelanda y empecé a averiguar sobre ese lugar, sumado al hecho que pude tener contacto con un club de la ciudad de Auckland. Se dio todo muy rápido y me vine, jugué para ese club y a la temporada siguiente me mudé a Wellington, donde estoy ahora. Todo se dio de casualidad, ya que mi plan era venir por unos meses pero me terminé quedando, hice mi vida aquí, formé mi familia con mi señora y mis dos hijos y si uno lo piensa bien, es como una locura todo, porque si no fuese por ese amigo que de casualidad me hizo un comentario de Nueva Zelanda, no estaría aquí".

Más adelante habló sobre la vuelta al fútbol en Nueva Zelanda, luego de la suspensión de la temporada por el Coronavirus: "Dentro de todo las cosas volvieron a la normalidad aquí y con la vuelta al fútbol hace dos semanas. Actualmente soy el entrenador del Wellington Olympic, equipo donde está Mario Barcia y en el principio de todo esto se hizo algo difícil, ya que podíamos entrenar en grupos de diez personas y eso nos obligó a hacer tres o cuatro turnos con un plantel de 40 jugadores. Esa logística de entrenamientos y cumplir con las medidas de salud duró cerca de tres semanas, hasta la fecha de inicio de los partidos oficiales nos complicó las cosas en el sentido de adaptar un equipo que tiene un entrenador nuevo y varios jugadores nuevos también. De hecho, no arrancamos bien y perdimos ante el último campeón en la primera fecha y en el segundo encuentro, tuvimos errores y caímos 3 a 2 pero aún mantengo la fe, las ganas y el entusiasmo de saber que todo esto es una etapa nueva y poder hacer una buena campaña".

Al ser consultado sobre sus nuevas funciones como entrenador, Martín destacó: "Para mi es algo muy lindo trabajar con los chicos y transmitir lo poco o mucho que uno sabe pero sobre todo, nos basamos en el trabajo en la personalidad de los jugadores y los ayudamos a ser buenas personas, de tener una idea clara de lo que es el bien y el mal y a partir de eso, usar el fútbol como medio para transmitir un mensaje. Aquí, en cierta medida el fútbol es de clase media-alta y a diferencia del fútbol cuando yo era chico, hoy tienen acceso a muchas cosas y eso es importante a la hora de lo que pretende la dirigencia, ya que buscan trabajar y desarrollar a los chicos para tratar de colocarlos en el fútbol de Europa para un mejor crecimiento".

La formación del joven futbolista fue otro punto analizado por Pereyra García, y al comparar trabajos entre Argentina y Nueva Zelanda, dejó el siguiente mensaje: "Lamentablemente los tiempos del fútbol argentino son cortos y cuando no se rinde al nivel deseado, no se puede desarrollar algo a largo plazo y eso te determina cambiar entrenadores, jugadores y hasta un plantel completo. Eso hace muy difícil sostener algo por el tiempo que uno pretende. La idea y la tranquilidad que uno tiene con los chicos aquí en Nueva Zelanda es que va a trabajar por un lapso aproximado de siete años, y no hay apuro en el proceso y se van estableciendo metas individuales y colectivas tanto para los chicos como para cada una de las divisiones. Un ejemplo claro es cuando tenemos futbolistas que son aptos para otra categoría y podemos ponerlos más arriba o tener chicos con un nivel mayor de juego pero con un físico no apto y lo colocamos en una categoría inferior para que se pueda adaptar mejor. Estas herramientas nos da la tranquilidad de trabajar y sobre todo sabiendo que aquí el resultado no es importante, sobre todo en inferiores, entendiendo que debemos focalizarnos en el rendimiento ya que uno puede ganar, perder o empatar porque es parte del juego. Pero si uno entiende que debe rendir mejor e ir comprendiendo los aspectos del fútbol mismo, como analizar, entender el juego en equipo, eso es lo más importante". 

"Hoy el fútbol cambió mucho, sobre todo en la presión, el juego y las combinaciones en las distintas líneas y uno tiene que entender todo esto porque si no, se queda en el tiempo. Al tener la posibilidad de tener acceso a los últimos estudios científicos con respecto al rendimiento deportivo, a la parte psicológica y física, también nos permite hacer hincapié en la contención personal y también la carga que tienen los chicos. La idea es tratar de trabajar en armonía, entre el fútbol y lo personal. Haciendo la comparación con la provincia, tenemos ejemplos de chicos que tuvieron una muy buena carrera afuera y eso demuestra que hay materia prima en Santiago pero la verdad es que debemos contar con una mejor estructura para un mayor desarrollo de chicos, sobre todo cuando tenemos equipos en competiciones nacionales. Debemos tener una base para una competencia acorde y que nos de la posibilidad de trabajar durante cuatro o cinco años para su desarrollo. Aquí en Nueva Zelanda un chico no está preparado hasta los 23 o 24 años, pero en Argentina generalmente un chico de 18 años que no tiene contrato en esa edad, queda libre o se le truncan sus expectativas cuando aún queda tiempo de desarrollo", agregó. 

Para cerrar, el ex-Comercio, Central Córdoba y Unión Santiago se acordó de su pago: "A pesar de estar lejos, uno extraña mucho Santiago y siempre lo tiene presente. Prácticamente casi todos los años voy a la provincia con mi familia y hasta tuve la oportunidad de traer a chicos de Nueva Zelanda para encuentros deportivos. Además, me pone muy contento ver el crecimiento del fútbol santiagueño con Central Córdoba, Mitre y Güemes".





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