Güemes igualó en Salta


Central Norte no pudo con Güemes de Santiago del Estero en los primeros 90 minutos de la serie eliminatoria de Copa Argentina y empataron 2 a 2

Arrancó mejor Central, controlando el juego con la ambición necesaria de un local consciente de que debía sacar una diferencia en casa. Tal es así que cuando la visita aún no había terminado de acomodarse, en tiempo récord, llegó la apertura del marcador, apenas a los 26 segundos, a través de una capitalización de Gonzalo Ríos de los titubeos en la última línea santiagueña.

Mauro Barraza, uno de los refuerzos, arrancó envalentonado y con confianza en los primeros minutos, acunando bajo su suela las mejores intervenciones ofensivas; sin embargo, se fue apagando y diluyendo con el correr del primer tiempo. Los hombres de la zona defensiva del azabache siguieron el mismo derrotero, yendo de mayor a menor, siendo sus desconcentraciones las que permitieron que el peligroso David Romero haga y deshaga desde temprano, y que ingrese, solo, a cuatro minutos del final de la primera etapa, para quedar mano a mano con Mauricio Pegini y definir con solvencia para marcar el 1 a 1.

Casi en el final, el mismo Pegini salvó lo que podría haber sido otra caída de su valla con los reflejos que lo caracterizaron en la campaña del ascenso.

En el complemento, de entrada el cuervo comenzó a marcar su presencia con buen juego asociado. Sin embargo, en cada contra a Güemes se le hacía fácil perforar y lastimar: a los 19’, el salteño Raúl Zelaya avisó con un centro envenenado cuyo peligro tuvo que ser sofocado por Pegini. Y un minuto más tarde, Nahuel Rodríguez aprovechó la siesta salteña para marcar el 2-1 y enmudecer al Martearena. 

Tras el baldazo de agua fría llegaron el apuro, los nervios, las malas resoluciones y los centros sin sentido del local, que hasta el 1-2 había hecho méritos suficientes como para no padecer, pero que pagaba sus errores a un precio alto. Incluso, Güemes estuvo a centímetros de liquidarlo cuando otra vez Romero quedó solo frente al arquero, pero esta vez definió mal (30’). Y cuando Pegini mandó al córner un tremendo remate de un intratable Romero que siempre le ganaba las espaldas al Bocha Rodríguez, tras una maniobra cargada de genialidad de Zelaya. 

Pero hablando de genialidad, y en el peor momento de un Central que dependía hasta entonces de los guantes de Pegini para no recibir la tercera estocada, apareció Rivas para frotar la lámpara, gambetear, apilar defensores y definir con soberbia. Golazo, el 2-2 necesario para descomprimir, que a la postre terminó siendo el definitivo pese al afán final del azabache por quedarse con el triunfo.




-Info y Foto: El Tribuno Salta

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