(Nota de opinión) El Central Córdoba-River del pasado fin de semana demostró que la pasión sigue intacta. Que finalmente, luego de tanto tiempo, los hinchas volvieron a las canchas y demostraron su amor por la camiseta. Que... Ah, cierto! ¿Aún seguimos con restricciones, verdad? Bueno... Entonces, ¿que pasó?.
Es una buena pregunta, que muchas personas que no estuvieron presentes y otras que lo vieron desde distintos puntos del país se preguntaron una y otra vez. Y quizás no tenga una respuesta firme, ni tampoco, los responsables de organizar este tipo de eventos se hagan responsables de algo que se repitió muchas veces a lo largo de estos tiempos de Coronavirus y que incluso, desde nuestro sitio web, nos encargamos de reflejar y mantenemos un firme pensamiento que se esgrime en que "la pandemia no es para todos".
Pero el capítulo entre Ferroviarios y Millonarios por la 13° fecha del Torneo 2021 de la Liga Profesional demostró situaciones que no reflejan la realidad que vivimos, no concuerdan con las reglamentaciones sanitarias previstas por el gobierno o AFA y tampoco se adecuan a un trabajo deseado por los medios de comunicación.
No eran cientos, eran miles de hinchas. De eso no quedan dudas. Muchos que llegaron temprano, algunos que pasaron como si fuese su casa y otros que esperaron hasta último momento para ver si alguna alma caritativa se acerque a los puntos de ingresos para ofrecerle alguna cinta de color. Si, es verdad. Hubo varias cintas para acceder al estadio. Grises, azules, rosas y hasta doradas, las VIP vio o eso parecían.
Los que tuvieron la chance de ingresar se colocaron de lados bien pronunciados. Para el arco en cercanías al Río Dulce, los simpatizantes de La Banda de Núñez y para los restantes tres palos, los seguidores del Tren del Oeste. Éstos últimos, una banda que se destacó a lo largo de la noche entre cánticos de apoyo a su equipo y alguna que otra dedicatoria al rival. Los más calmados fueron los de River, que saludaron al entrenador Marcelo Gallardo, vitorearon a referentes como Enzo Pérez o Leo Ponzio y en final, exaltados por el triunfo que costó tanto, celebraron con todo los tres puntos obtenidos.
Párrafo aparte de estas actuaciones que pudieron disfrutar pocos (bueno, en realidad fueron muchos y muy "afortunados") se encuentran los medios de comunicación. La prensa también y a lo largo de la pandemia, tuvo varios inconvenientes a la hora de ver reflejado su trabajo ya sea en medios escritos, radiales o de televisión. Y en el CC-River no fue la excepción.
Con la misma cinta de acreditación que muchos 'allegados' portaban, los periodistas se acomodaron donde pudieron, incluso en un horario muy cercano al inicio del juego. Con las cabinas llenas por las radios, era lógico que el resto de los colegas se cuelen entre los hinchas, pero a la hora de ingresar a la zona mixta, como es tradicional, el personal de seguridad y con un desconocimiento (o no tanto) de la situación de trabajo real de la prensa, les denegaron esa posibilidad. Y los que estuvieron en ese lugar, poco pudieron hacer para capturar alguna declaración visitante, por la cantidad de personas esperando un foto, un saludo o una firma de sus ídolos "millonarios".
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